La veneración por los Maestros del pasado
Nada que nos pueda generar más respeto que el arduo trabajo resultante de incontables Maestros iniciados en las artes y ciencias de lo Divino, de lo masónico.
Lo descubierto, lo hallado de manera aleatoria, lo que se hizo evidente por la experimentación humana, es algo que no tiene ningún precio porque es tan valioso como lo es conocernos como especie cada vez más y avanzar hacia la identificación de nuestra génesis. Lo que debemos valorar siempre es justamente esos felices acontecimientos que produjeron la posibilidad de encontrar algo que podamos llamar verdad, alguna situación, experiencia o conocimiento que pudiese producir certezas.
Y estarán de acuerdo con nosotros con que día a día no hay un escenario más relativo que aquel en el que se habla de la verdad, casi que en cualquier campo del saber, y allí es donde la Masonería se convierte en el arca de los Sagrados Misterios de la humanidad porque durante siglos esforzados Maestros han trabajado sin cansancio por hallar la médula de aquello que no es relativo y que puede constituir la esencia de lo humano y su relación con su universo y la Divinidad. Y se menciona la Divinidad porque hay que recordar que el origen de la Masonería y de todo lo que es genuimanete iniciático se encuentra en los Templos de casi todas las culturas ancestrales y milenarias en las que hubo iniciados en los misterios místicos, esotéricos, de la existencia humana y en los cuales siempre hubo una creencia en la trascendencia y en alguna Divinidad.
En esta reflexión no cabe el escenario del ateísmo.
Por todo ello, las fuentes
de la verdadera Masonería son necesariamente antiguas, casi que intemporales,
puesto que su revelación y manifestación en cada iniciado siempre ha sido el
fenómeno más increíble que se pueda dar en la vivencia humana. Es algo inexplicable y lo será por siempre hasta tanto otro ser humano no lo viva de igual manera.
Eso hace que a la Iniciación, el conocimiento iniciático y la Masonería (como la quieran llamar en las culturas de todos los tiempos), se le deba la misma veneración que a los verdaderos maestros del pasado pues su presencia en el concierto de los siglos ha marcado la diferencia en muchas épocas. Los grandes iniciados son más que una mera mención en los libros de historia: han sido algunos de ellos quienes han dividido los tiempos y marcado grandes períodos de la evolución de la raza humana.
El actuar de los Maestros del Pasado ha estado en muchos espacios y países, en diversas épocas e intervenido en situaciones muy particulares. Han sido la mano invisible de la Divinidad y deben ser recordados no sólo en el marco de la libertad y de la igualdad sociales y masónicas, debe haber una recordación sobre sus gestas y los esfuerzos que se trazaron para ser factores de la evolución humana.