Libertad, Igualdad y Fraternidad

El espíritu de un Iniciado es muy distante al intelectualoide que se afirma en que la sencilla o compleja construcción mental de acertijos y laberintos que se ha creado son muy reales: mucho más allá de los sistemas de conceptos, el Iniciado viaja a lo profundo de lo que es aparente y conoce la realidad en un silencio permanente porque no es posible describir la paz y la luz espiritual, ni lo que ve allí. Igualdad La Igualdad es estado - pensamiento derivado natural del Iniciado en el que se ha establecido su Ser Interior más profundo como conductor de su existencia. 

La individualidad ya ha dado toda la marcha atrás que era necesaria hasta desaparecer... No hay dualidad, no hay más ajedrezados qué recorrer, ha llegado a Oriente y vive en su eterna luz. El Iniciado ya no puede reaccionar como se espera de cualquier individuo ante ninguna agresión porque está desprovisto de ego. Ve que todos los seres humanos son iguales entre sí y que cualquiera puede llegar a encarnar la luz del espíritu, tal como él fue impulsado a hacerlo. 

Ve también en qué se entretienen los individuos y comprende que cuando el Ser Supremo (que es el mismo que lo anima a él) lo desee, pondrá en la senda del conocimiento a quien deba entrar en ella por su voluntad. Fraternidad El Iniciado que ya ha sido despojado de individualidad ve a la divinidad manifestada en la humanidad completa, aunque ella aún ni lo sospeche; ella se convierte en su familia y comprende que todos hacen parte de la Unidad y que los fenómenos como la violencia, la pobreza y todo mal que afecte a las sociedades son tan sólo producto de la evolución hacia la consciencia. 

Asume que en definitiva es necesario colaborar sin imposiciones en la Obra del espíritu, y como es parte activa de su mundo, del mundo espiritual, sabe en qué podrá ayudar. 

El Iniciado evolucionado es fraterno porque su luz interior no lo deja ser ni actuar de otra forma porque se ha convertido en AMOR.